TE QUIERO

No sé quién eres, no sé tu cara ni tu reflejo
pero te quiero.
No estás aquí y te veo, habitas mi pensamiento
por eso te quiero.
No hay entre nosotros tiempo, distancia ni olvido
y te quiero.
Y tu ausencia se hace presencia en un abrazo
y lo quiero
porque es un abrazo tuyo que me llena,
me empaña los ojos de alegría inmensa
porque te quiero.
Entre tu cara y mi cara hay un mundo denso
y yo te quiero
porque nos une un cielo lleno de estrellas,
por eso es que te quiero.

DESDE TU VENTANA

Estoy viendo el mundo a través de unos ojos prestados, tus ojos... mis ojos ven desde una ventana empañada... empañada de rabia y dolor... pero tus ojos, de mirada clara y transparente, me hacen ver el huracán en forma de suave brisa, capaz de sacarle  una sonrisa al llanto.

Veo mi alma a través de la tuya, en las inolvidables noches cuando, por tu ventana, por la que fluye la brisa, aparece un cielo despejado y lleno de estrellas. Y a solas, recordaré tus palabras y te recordaré a ti que has cambiado mi mundo por el tuyo acariciándome los bordes del corazón con sentimientos del alma. Has hecho que mis ojos vean ahora que el Sol sale todos los dias y que la Luna brilla  más intensamente cuando el mar es de sueños y las olas sonrisas

DIAS EXTRAÑOS

Hoy es uno de esos días extraños... estás con gente a tu alrededor pero su indiferencia rodea tu corazón y sientes el frío abrazo de la soledad. La soledad buscada para encontrarte a ti mismo es un guiño al reencuentro con tu ser más profundo, pero el sentimiento que te provoca la soledad impuesta es... abandono.  Abandono, soledad, tristeza...  la mayor tortura a que puede ser sometida el alma del ser humano, una prueba de resistencia diaria... Cuando tus amigos  te ignoran porque tienen nuevas amistades, cuando te quedas esperando y nunca llegan porque te han olvidado, o cuando les llamas y no hay nadie al otro lado... Tus ojos se empañan para no ver el vacío a tu alrededor, la tristeza que te embarga cuando te esfuerzas por agradarlos y sólo recibes un adios en lugar de un hasta pronto... 

AIRE

A veces, sin quererlo, no puedo respirar porque me falta el aire, ese aire que nos gustaba respirar juntos, pulmón con pulmón. Ya sólo queda el aire de la ventana abierta y la puerta cerrada, para que no se escape... sufro de incapacidad  para respirar si tu no estás a mi lado. Mi aire es echarte de menos cada segundo de mi vida, recordarte a cada instante y no querer olvidarte. Mi aire son las lágrimas atascadas en la garganta porque nunca fueron derramadas.  Lo admito, padezco y sufro  tu ausencia como en una burbuja de recuerdos flotando, hasta que la burbuja se diluye y vuelvo a la realidad que es una cárcel sin remisión de pena, una condena a cadena perpetua.

Mi particular abrazo a Beatriz

Después de haber leido tu recuerdo a la memoria de alguien tan especial para ti, he sentido la necesidad de encerrarme entre mis recuerdos y he regresado a la infancia, volví a ser la travesura personificada en risas, jolgorio y alegría... Es muy extraño porque he recordado lo que tenía olvidado... Recuerdos, dulces recuerdos de la niñez que marcaron mi infancia y que hicieron la persona que ahora soy. Una persona que siempre, y esto es herencia de familia, me he despistado con mucha facilidad; me preocupa la sensación que deja el olvido de ciertas cosas que, aunque aparentemente carecen de importancia, en mi provocan un desasosiego inmenso y cuanto más me esfuerzo en recordarlas, más al fondo parecen esconderse...

Intentando recuperar lo olvidado... A veces recuerdo lo más malo y eso prefiero olvidarlo porque olvidar aquello o aquellos que, por circunstancias, te hicieron y hacen daño no significa ignorarlos, más bién perdonarlos. Es una de las partes buenas del olvido, que dejan la vía libre al perdón.

Lo peor de los recuerdos es... no tenerlos... no tienes vida pasada porque la has olvidado... Careces de presente porque tu mente está sufriendo de ausencia, estás completamente aislado y solo, muy solo porque no te reconoces y no conoces a nadie... tus hijos, tu pareja, la gente más cercana es una nube extraña... y duele... duele horrores no reconocer quién eres y esa gente que te mira y te abraza... pero no sabes quienes son, que hacen ahí, porqué no te dejan en paz...

Realmente viven una pesadilla constante, con la mirada ausente, como suplicando recuerdos, que alguien les saque de esa obscuridad en la que están inmersos... se enciende la luz de vez en cuando... se apaga la luz frecuentemente... a veces la luz nunca regresa... Entonces es el momento de encender velas, lo que sea, para que la llama del recuerdo, aunque sea pequeñita, nunca se apague en nuestro corazón que creo firmemente, está abrazado a las almas de quienes realmente nos han amado y seguiremos amando.

UNA PROMESA

Nos prometimos recuerdo y no te olvido, y no me olvidas... Lo sé porque mis ojos reflejan tu imagen a cada instante, como dos manos enlazando nuestras almas en un abrazo... y te recuerdo ! tan feliz ! Te recuerdo por tu vida junto a la mía, por tu risa y por tus besos. Sí, te recuerdo cada vez que mi corazón late porque eres mi joya más preciada, la estrella que me guía por mis sueños, la que siempre me acompaña . Y no te olvido por ser mi tesoro mejor guardado, el secreto dicho al oído, el único dolor que me parte el alma en dos: tu y yo. Separados nuestros cuerpos, separadas nuestras almas se unen los recuerdos sólo en mi corazón, que late para cumplir la promesa: no olvidarte. Y no te olvido...

LOS CELOS DEL MAR

He crecido viendo el mar, a veces sereno y demasiadas, harto de las rocas mirándolo fijamente y con descaro, se enfrenta a ellas golpeándolas con violenta rabia, como con celos. Celos de la brisa que las acaricia, del sol que las calienta y de la luna que las refleja, celos de la arena donde reposan... El mar tiene celos y los celos son malos compañeros de oleaje, porque no atiende a razones y golpea una y otra vez enfrentándose a destinos ajenos, aliándose como el ladrón en la noche, formando una alianza de destrucción con las olas y el viento. El mar celoso es como una fiera tras su presa, amenazante, intimidatorio, feroz... 

i Hay de aquel que ose desafiarlo !